Cuando de idolatría se trata, siempre habrá dos caminos, el más arduo y difícil pero, a la vez, indisputable, cuándo es menester trabajar y hacer uso de los mejores recursos que tengamos a la disposición para hacerse de un lugar entre los grandes, pese a todo y contra todos; el otro, quizá no tan reconocido ni avalado, pero que obedece a ciertas circunstancias atribuibles al destino, más en realidad conjugan cualidades personales como el carisma, que en amalgama con el carácter y la persistencia, hacen de un ser común un ente privilegiado que deberá mostrar siempre entereza y temple ante las diferentes pruebas que la vida y el mundo le han de presentar.

Jesús Alfonso Escoboza Huerta era un individuo que, desempeñándose bajo el estilo exótico, con el nombre de El Bello Sexy, quizá no prometía mucho más allá de su natal Hermosillo, Sonora, más con la llegada de AAA en 1992, y la necesidad de gente dispuesta a arriesgar con nuevas identidades, es que Antonio Peña lo cobija bajo la identidad primaria de El Maligno, un gladiador de bajo perfil que se desempeñaría bajo otros nombres y equipos, ya fuera para cubrir un lugar en la cartelera, o por necesidades de la promoción, de manera tal que por su trabajo se ganó la confianza de sus jefes y mejores oportunidades.

Cráter, Santa Esmeralda, Karis La Momia, La Parka Jr, el controvertido Duro, y finalmente La Parka AAA, serían las identidades que marcarían su ruta en ascendente.

Cómo Karis La Momia se dio a odiar por el respetable, más su innegable carisma hizo que su personalidad enmascarada se extendiera más allá de lo que parecía ser la víctima ideal para los Juniors Atómicos de AAA, cobrando la tapa de El Halcón Dorado Junior y, para efectos legales que le llevarían a una de sus más difíciles batallas, cambiar de nombre e identidad a La Parka Junior, personaje que, con el tiempo y una natural aceptación por el público televidente de la época, se redujera simplemente a La Parka, siendo en éste periodo de transición que ocupara el equipo de Duro, por un tiempo breve y discreto, para hacer frente a Los Vipers, en representación de los reporteros de televisión, Los Gemelos Brenan.

La Parka Jr fue un éxito instantáneo, tanto que su paso al bando de los técnicos fue algo obligado, en una época en la que las grandes figuras de la Lucha Libre, La Parka Original incluída, tras ser triunfadores en los Estados Unidos, preferían manejarse como independientes o tener una contratación libre, de manera tal que, para efectos de la promoción, varios de los blasones obtenidos por el actual L.A. P.A.R.K. le fuesen atribuidos erróneamente por medios afines a AAA, aunque en silente complicidad para elevar la figura del incipiente ídolo.

Ídolo, sí, en una época en la que la Lucha Libre televisada, y en general el panorama nacional, no tenía mucho de dónde agarrarse por las exigencias de los más grandes de la época.

Así como en el CMLL se le daba la alternativa a gente como Shocker o Mr. Niebla, AAA ponía la empresa en hombros de sus jóvenes Vipers y su nueva Parka.

Si bien no había mucho que otorgarle, la creación del premio Televisa Deportes, con el patrocinio de una cervecera, contribuyó demasiado al amor odio que la afición sentía por él, pues si bien en algún momento se pretendió hacerle pasar por L.A. P.A.R.K. en terminos de atribuirle sus logros mediante una campaña publicitaria, muy fuerte e inédita para una figura luchística en la era moderna, el lograr la máscara de su mayor rival, El Cibernético, lo puso en los cuernos de la Luna y era, en ése momento, el máximo ídolo taquillero.

Las lesiones, de a poco, fueron mermando su condición física, más su carisma y habilidades para desarrollar un estilo que hizo propio al adaptarlo a sus capacidades, le permitieron perdurar hasta que, luego de una serie de escarceos promocionales, en Triplemania XVIII se viera obligado a enfrentar a L.A. P.A.R.K. en lucha por el nombre, una batalla que ya había tenido su antecedente cuando se encontraran ambos, años atrás, en una gasolinera y se hicieran de palabras, para pasar del dicho al hecho, siendo en un tiro derecho, que el veterano se impusiera al Júnior, tal como sucediera en el Palacio de los Deportes, con un resultado tan aplastante como controvertido y que condujera al caos con la llegada de Los Perros del Mal a la empresa.

Si bien junto con Octagón eran los estandartes de AAA, a la salida de éste de la empresa, La Parka se convirtió en su máxima figura, asumiendo el liderato ante las diferentes «invasiones» dirigidas por Konnan, haciendo de tan repetitivo ángulo una constante en su carrera durante la última década.

Hacia los años más recientes, La Parka disfrutaba de su fama, llevando una agenda más relajada, con miras a encaminar a su hijo en la carrera luchística y desempeñarse en otros roles, más la vida y la Lucha Libre le impusieron la prueba definitiva y el máximo sacrificio de un gladiador, pues si bien todo fue un accidente, es a consecuencia de las lesiones sufridas en combate tras fallar un tope contra Rush, en Monterrey, Nuevo León, que Jesús Alfonso Escoboza Huerta pierde la vida luego de más de 60 días de convalecencia.

La Parka fue un luchador controvertido desde el inicio, pues si bien no era el más talentoso de su camada, poseía un carisma especial que contrastaba con su estilo y carácter de rudo, dándose a notar desde que cámaras y reflectores lo presentaran estelarmente como Santa Esmeralda.

Chuy para los conocidos, La Parka para efectos de la profesión, ya veía cerca el retiro, pues si bien la mayor parte de su carrera cómo estrella padeció de una lesión en el hombro, el hombre bajo la máscara siempre dio lo mejor y estaba consciente de que no le quedaba mucho.

Gracias, Chuy, por la confianza y el profesionalismo. Hasta siempre, La Parka, un ser humano que pese a las limitaciones y la adversidad, supo sacar lo mejor de cada momento.

Llegó su momento de subir a la Arena Celestial.

Descanse en Paz.