La pandemia global declarada por COVID-19 ha presentado a la humanidad un dilema más complejo que un grave riesgo de salud para la población en general, pues los medios de producción y fuentes de empleo se han visto afectados en un grado tal que su inactividad les ha colocado en la cuerda floja, donde cualquier paso en falso significa caer al vacío para perderse y desaparecer.
Toda industria o fuente de empleo que requiera de una concentración elevada de gente para su rentabilidad y funcionamiento, sea para producir, comercializar o prestar algún tipo de servicio debe sujetarse a estrictas medidas sanitarias que no sólo restringen sus ingresos, sino que, en los más frecuentes y graves casos, les obligan a parar por completo, acumulando pagos e incrementando deudas cuándo no hay fuente que permita solventar sus obligaciones con empleados y proveedores.
La industria cinematográfica es una de tantas fuentes de empleo que no sólo se ha adaptado y acatado las medidas sanitarias, sino que ha invertido en instalaciones 100% seguras que no sólo son respaldadas por los hechos en la práctica durante su intermitente funcionamiento durante la pandemia, sino por diversos estudios científicos que, en diferentes momentos CANACINE ha hecho del conocimiento público.
CANACINE ha presentado una carta abierta a las autoridades, locales y federales, para que permitan, a las salas cinematográficas de todo el país, trabajar en estricto apego a las normas sanitarias.
“A casi un año del inicio de la pandemia de COVID 19, hoy podemos asegurar con extensos estudios científicos que les han sido entregados en distintas ocasiones a las autoridades, que los cines no tendrían porque estar cerrados, ya que NO son lugares de riesgo de contagio”, se puede leer en la carta abierta.
“Ir al cine es una actividad que se realiza en silencio con muy poca interacción social; en las salas de cine es posible garantizar la distancia social, gracias a las butacas vacías entre asistentes y a que el aire se reemplaza varias veces por función.
“Más aún, diversos estudios que se tienen prueban que al día de hoy, no hay un solo caso en el mundo que se ligue a un brote de contagio en una sala de cine”.
Cabe mencionar que la industria cinematográfica ha sido una de las más afectadas durante la pandemia, con pérdidas del 96%, aunado a ello, el cierre de cines tiene implicaciones que dañan gravemente a la industria en el mediano y largo plazo, dado que los distribuidores de películas continuarán posponiendo estrenos hasta que la mayoría de los cines estén abiertos.
Para finalizar, esta carta abierta señala que la industria cinematográfica nacional es motivo de orgullo para México a nivel mundial, y hoy está en riesgo de desaparecer, por lo que pide a las autoridades tomen en cuenta la contundente evidencia de que los cines NO son espacios de contagio y por tanto, se permita su reapertura a la brevedad.
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La Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica (CANACINE) fundada en 1942 es una institución de interés público con presencia en todo el país. Representa a la industria fílmica y audiovisual en México, tales como empresas que se dedican a la producción y distribución de películas para cine y televisión, salas de proyección comercial, estudios de animación, y postproducción, laboratorios y talleres que están directamente conectados con la industria cinematográfica. Los socios de CANACINE incluyen empresas de producción y distribución con gran historia, así como a nuevos talentos y emprendedores.
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